LOS GUAYOS TENÍA SU ESTACIÓN FERROVIARIA
Como todo centro poblado de principios de siglo XX, en
Los Guayos había una estación del llamado ferrocarril Alemán que partía desde
la actual Plaza Los Enanitos en Valencia, salía del centro de la ciudad,
cruzaba sobre el Cabriales, recorría San Blas, bordeaba el cerro del Morro, y
se dejaba ir en línea recta hasta el pueblo de Los Guayos donde tenía una
estación de carga de víveres y pasajeros, para luego proseguir por el eje
Guacara, San Joaquín, Mariara, Maracay hasta la Estación de Caño Amarillo en
Caracas.
La estación que estaba en Los Guayos, quedaba donde
actualmente está el llamado Callejón La Línea, cerca del antiguo canal de
Malariología en una vieja casa cuyos restos aún pueden apreciarse. Según una
entrevista realizada al Señor Cleto Martínez quien fue vigilante de esta
estación por los años cuarenta, nos refiere que esta estación estaba muy
arbolada y que a las 6:30 de la mañana llegaba a este punto el ferrocarril. El
progreso y los intereses de los nuevos dueños de gandolas lo hicieron
desaparecer y la estación cerró en 1957, eliminándose definitivamente en 1965
durante la administración del Presidente Raúl Leoni. La vía ferroviaria en Los
Guayos cruzaba completamente todo el actual callejón La Línea siguiendo en
línea recta hasta salir del pueblo a través de un puente que había sobre el Río
Los Guayos que con el tiempo también desapareció.
FOTOGRAFÍA QUE DATA DEL AÑO 1958, DONDE SE
APRECIAN LAS VÍAS DEL FERROCARRIL QUE PASABA POR LOS GUAYOS. CORTESÍA DEL SEÑOR
GERMÁN PÁEZ.
EL TEMPLO VERDE
Al referirnos a
la Iglesia Parroquial de Los Guayos, nos viene a la mente aquel pequeño pero
pintoresco templo ubicado en la vertiente sur este de la plaza Bolívar del
pueblo antes mencionado que nos remonta a la época fundacional como doctrina de
Indios, la cual entre otras cosas requería entre otros elementos propios a esta
vetusta institución la de contar con una pequeña iglesia donde los curas
doctrineros enseñaran e inculcaran la fe traída allende los mares desde la
madre patria. De hecho, dicho templo presenció, cuando Los Guayos fue elevado a
Parroquia eclesiástica el 13 de Junio de 1710. Igualmente es bueno acotar que
la parroquia Los Guayos fue aprobada por el Gobernador Manuel Torres de Navarro
el 17 de septiembre de 1785 y su primer cura fue Francisco José Gutiérrez.
Este edificio colonial fue levantado originalmente de
madera y paja y tal como lo refiere el eximio historiador Don Torcuato Manzo
Núñez, en su libro Historia del Estado Carabobo, dicho templo se empezó a hacer
de mampostería en 1751, cuando a los indígenas de esta población se les
concedió el derecho de no pagar tributos y en consecuencia, el monto de ello se
dispuso para fabricar la iglesia. También refiere que dicha iglesia fue
destruida por el terremoto de 1812 ante lo cuál tenemos que la que actualmente
se yergue a un lado de la plaza data de principios del siglo XIX ya en tiempos de la República
mas precisamente hacia 1837, aunque según registros de la época aun le faltaban
muchos detalles por concluir.
Este edificio de aspecto colonial de una sola nave, con
una estructura igual a las iglesias de Naguanagua y San Diego, ha sido mudo
testigo del crecimiento de Los Guayos y de otros hechos bastante folclóricos
propios del anecdotario popular. Esta iglesia, dedicada a san Antonio de Papua,
siempre ha sido pintada de colores muy solemnes propios de la liturgia romana.
Beige, Blanco, amarillo ocre entre otros sobrios y ponderados cromatismos del
espectro, aunque en una ocasión se le revistió de un ecológico y fresco
color…verde!
Aunque parezca extraño, según los testigos de este hecho,
tal inusual color para un templo católico, se presentó a principio de los años
setenta, tal vez por congraciarse con las recién electas autoridades de turno, quizás
por aquello de social cristianos o valla usted a saber por cuál elucubración se
decidió otorgarle a tan vetusta estructura el sinigual color. Lo cierto es que
aquello levantó un revuelo en el pueblo y no hubo más remedio que volver a
pintarlo con un color más sobrio tal como se le conoce hasta nuestros días.
Hay que agregar
que este templo fue declarado Monumento Nacional en 1946.
En fin todo un suceso en nuestro pequeño
pueblo de Los Guayos, el Pueblo que se negó a morir. Hasta otra vez será!
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